Sólo tres horas después de despedirme de él, Michael está de vuelta para llevarme al aeropuerto. Son las tres de la mañana pero charlamos animadamente de estos dos meses. Evitamos comentar que me voy para seguramente no volver a vernos.
Nos damos un abrazo y esto se acaba. Han sido dos meses duros pero bonitos. Gracias a todos los que habéis estado "al otro lado".
Sólo me queda decir:
Que así sea.