martes, 27 de abril de 2010

NBA




Vigesimo quinto dia (L 26-4-2010):

Espectáculo, puro espectáculo y nada más que espectáculo.
Voy a obviar todo el resto del día porque no he hecho nada especial.
Hoy Michael me ha llevado a ver un partido de playoff de la NBA. Me he quedado impresionado.

Continuo la entrada una semana después, todavía con la conjuntivitis.
Voy a enumerar las diferencias más importantes que encontré o lo más interesante:

Punto nº1: El estadio está en el Downtown, así que allí nos dirigimos justo tras llegar del curro, porque aquí está todo lejísimos y siempre te puede pillar el MAYOR atasco de tu vida, con mayúsculas. No hay ningún transporte alternativo para ir al centro (pedir un taxi es una locura con lo lejos que queda todo).

2º: Cuando conseguimos aparcar previo pago de ¡DIEZ DÓLARES! le digo a Michael que si estamos muy lejos, porque en la calle no se ve un alma. Resulta que estamos sólo a dos manzanas. ¡Increíble! Partido de playoff superimportante y TODOS los bares cercanos al estadio cerrados a cal y canto. Le comento a Michael lo inimaginable que me resulta esto en mi país. Le digo que al fútbol va mucha gente con los amigos a tomarse algo antes o después. El me comenta que el ayuntamiento ha promovido muchas iniciativas para dotar de mayor vida social al downtown pero que no hay nada que hacer. Esto para mi que es como La Cartuja en Sevilla.

3º: Al entrar en el estadio me doy cuenta del motivo que hace que los bares de alrededor estén cerrados. Están todos DENTRO del estadio. Me refiero a los bares. Hay un McDonald's, un Taco Bell, pizzerías, cervecerías, cafeterías, puestos de mil y una guarrradas... ¡¡¡hasta churros!!! Y todos repletos de gente comprando cosas hipermegacalóricas.

4º: Entro en el pabellón propiamente dicho, donde se juega, casi media hora antes de que empiece el partido pues hemos tenido suerte y no ha habido mucho atasco. Mi asiento está a mitad de estadio, la última fila de la parte de abajo. Pues resulta que es como si me voy arriba del todo del Pabellón de San Pablo (el del Cajasol, el equipo de Sevilla). Me quedo alucinado. Picadilly Circus, en Londres, es lo más parecido que puedo recordar. Todo un puro anuncio electrónico. Por las pantallas gigantes del estadio aparecen unos presentadores de estos típicos de una peli americana comentando la previa del partido a pie de cancha. Todo el mundo que entra por los vomitorios lleva algo de comida o bebida (gigante) en la/s mano/s. Debería haber venido con una camiseta muy graciosa que tengo naranja porque todo el mundo va del ese color, el color de los Suns, que para los que no lo sepan es el equipo de aquí.
Me entran ganas de comprarme unos nachos. No me gustan los nachos pero la salsa tiene una pinta superatractiva y CREO QUE NO VOY A RESISTIRME.

5º Salen a calentar los jugadores. En el otro equipo está Rudy Fdez. así que creo que no voy a poder ir completamente con los Suns :( no se lo digo a Michael pero prefiero que ganen los otros con un superpartido de Rudy, la verdad sea dicha, que para eso es español.
Mientras tanto la música no ha parado de sonar a todo volumen, ni los anuncios han dejado de aparecer por todas las múltiples pantallas del estadio. Algunas son inmensas pero otras son sólo muy chicas y sólo para ciertas cosas, y hay diferentes anuncios proyectandose al mismo tiempo. Todo muy estimulante. Tienes todos los sentidos trabajando a la vez, recibiendo señales durante 180 minutos.

6º El reloj se para (era una marcha atrás, perdón, cuenta atrás) y llega la hora de empezar el partido. Me equivoco. Ahora quedan por lo menos veinte minutos más en los que se presentan a los jugadores (el que sale es Nash, el capitán que tiene treinta y siete años el tío)



los animadores jalean al público para que anime, salen las cheerleaders (no se ve casi nada, sorry),

se anuncia que espectáculos habrá durante el descanso, y...



7º:... justo antes de empezar el partido se canta el himno estadounidense. Aquí es obligatorio cantarlo en cada evento deportivo antes de comenzar. ¡TOMA YA! Lo único que se escucha es a alguno que otro jaleando al que canta, que creo que era de la marina, por lo bien que lo hacía. Lo digo y lo repito, me moría de vergüenza y de envidia. Se lo dije a Michael y no lo concebía.
¡Ais, qué pena de país el mío! Pero cuánto lo extraño...

8º: Empieza el partido y yo pensé que la gente iba a ponerse a animar, lo más normal del mundo, y que se iban a acabar los gritos de los animadores. Nada más lejos de la realidad. Allí nadie animaba de motu propio. Tenían unos sonidos pregrabados (o el speaker hablaba SIEMPRE igual) que la gente tenía aprendidos para según cómo fuera la cosa, repetirlos. Era una versión más moderna del animalito del megáfono del campo del Sevilla. Lo más repetido, para que os hagáis una idea de lo poco que se defiende aquí, era: DEEEEEE-FENSE!!!!DEEEEE-FENSE!!!! seguido de dos palmadas. El sonidito famoso que si lo escucháis seguro que os suena sólo se escucho una vez y no pude grabarlo.
Pero repito que me sorprendió lo aburrida que era la gente, cuando de lo que te entraban ganas con tanta música, sonidos, luces... era de ponerte a brincar y gritar como un loco. Estarán acostumbrados...

9º: Los tiempos muertos eran increíbles. Así que normalmente tenían tiempos muertos de treinta segundos y otros de dos minutos, pero por ser playoff eran muchíiiiiiiiiiiiiisimo más largos, debido a la publicidad. ¡Adaptaban el juego a la tele! Aquí pasa lo mismo con los partidos de fútbol pero no hasta el extremo de retrasar el transcurso del mismo. Para mí mejor porque los tiempos muertos eran lo mejor de todo. En cada uno había un espectáculo diferente. Yo la verdad pensaba que saldrían las cheerleaders en todos, que para qué engañaros, era lo que quería, pero sólo bailaron una vez en cada parte.

(no comment)

El resto de las pausas fue amenizado por:
- una parodia de éstas realizada por unos padres de una escuela de la ciudad. Se llamaban "Los Papás Bailones". De ridículo que era te morías de risa. La verdad que lo tenían supercurrado.
- Unos animadores oficiales del club que se dedicaban a hacer mates saltando en una cama elástica. Esto sí que tengo que decir que era espectacular. Una pena que no lo grabara, sorry!
- Un lanzamiento de camisetas muy a lo "Simpsons"
- Una sesión de besos: la pantalla gigante presentaba a parejas del público que eran pilladas por sorpresa y se tenían que besar, por hacer la gracia nada más. Uno le cogió una teta a la novia para que lo vieran las diecisiete mil personas del estadio :O
- Mil y un concursos en los que el público recibía regalitos o descuentos de comida en los restaurantes de dentro del estadio o entradas para próximos partidos. Esto ponía en pie a todo el estadio, aunque el descuento fuera para unos Nuggets.
- Varias cosas más que no recuerdo

10º: Una aclaración sobre las cheerleaders, las que vimos en Nueva York, las de los Knicks, eran mucho más guapas.

11º Mención aparte se merece la mascota de los Suns. ¿Vosotros qué animal os creéis que puede ser la mascota de un equipo de una ciudad emplazada en medio del desierto? Pensaréis en un escorpión, una serpiente o algo por el estilo, ¿no? Pues os equivocaréis. ¡UN GORILA! Un puñetero gorila. Y resulta que es hasta famoso. ¡Si esta gente no habrá visto uno ni en pintura!
Ciertamente, esto me descolocó un poco.

12º La gente no paraba de comer y beber pero sentados en sus sitios, sin hablar con nadie, no existía eso de la cervecita en el descanso charlando con los amigos de al lado tuyo, que en España es muy típico eso de entablar amistad con el compañero de asiento, al que sólo ves una vez cada quince días.

13º Lo mejor de lo mejor no fue nada relacionado con el baloncesto y vino en el descanso, cuando casi nadie estaba en el campo. Salió un hombre con nombre ruso que no recuerdo y realizó un espectáculo digno del Circo del Sol. Consistía en una serie de ejercicios de equilibrio, contorsionismo y fuerza que sólo he visto hacer a los artistas de ésta compañía. Fue grandioso, de verdad. Muy bonito.

14º El partido en si fue un mojón gordísimo. Empezaron ganando los Blazers por un chorrazo de puntos pero Michael no se preocupó en absoluto, y tenía razón porque los Suns remontaron y ganaron de paliza. Rudy no rascó bola pero porque parecía que solo salía para abrir campo. Me dio mucha pena pero a ver si se va de ese equipo a otro donde de verdad se le valore.
Lo más entretenido era ver las animaciones de las pantallas personalizadas para cada jugador de los Suns, que aparecían junto con sus apodos cuando cada uno de éstos hacía una buena jugada. Tenían atado cada detalle hasta ese punto.

15º Los minutos de la basura fueron eternos pero no entiendo como se fue tanta gente antes de acabar, por mucho que fuera un lunes. Era un partido muy importante pues la serie estaba empatada. Por parte de los jugadores igual. Un pasotismo absoluto. Ganaron los Suns y no se despidieron de la afición ni dieron las gracias por el apoyo. Unos desagradecidos creo yo. Que la entradita valía una pasta.

16º No me pude resistir...




Fin de semana para tirarse al rio

Lo siento, os he tenido muy desinformados pero me niego a hacer más que un resumen de lo que puede haber sido el fin de semana más aburrido de la historia de mi vida.

Vigésimo tercer día (S 24-4-2010): Sólo recuerdo haber hablado por el Skype e irme a última hora de la tarde al supermercado. Estaba tan aburrido que me lo recorrí entero dos veces ida y vuelta. Y es muy grande.
La verdad es que también me daba un poco de vergüenza preguntar dónde podía encontrar pan rallado. Pero al final me dije: ¿Para qué estoy aquí? Bueno pues lo intenté explicar y al final me entendieron; cinco minutos después me enteré de que son los "bread crumbs".
Bueno el pan rallado dio lugar a lo mejor de la jornada, que fue sin duda la cena. Había aliñado unos filetes de cerdo como había creído más oportuno porque no me acordaba de cómo se hacía. Pero resultó que lo hice bien de haberlos visto tantas veces, macerándose en casa de una noche a la mañana siguiente, que es cuando mi madre los empana, una vez que ya han cogido el saborcillo.
Como eran demasiado gruesos para mi delicado gaznate, y los que hayan comido más de tres veces sabrán a que me refiero (Irene me hizo un Heimlich y todo una vez), los corté en tiritas y por la noche me tomé unos estupendos "fingers" de cerdo empanados viendo Southpark (viendo que no entendiendo) y como colofón media tarrina del helado hipercalórico que había comprado de B&J. ¡AAAAAAAAAAAAH! (Baba de Homer Simpson).

Vigésimo cuarto día (D 25-4-2010): Otro día más de lo mismo. Skype por la mañana y tortilla de patatas para Michael y para mi (para mi para comer y para él para cenar). Comí con mi madre, que me hizo compañía por el ordenador, porque sabe el coraje que me da comer solo (madre no hay más que una). Lo más divertido de este día os parecerá una tontería, porque lo es, pero me sentí genial: sonaba una canción de The Killers que puede traducirse como el Gran Trineo o algo así y me puse a dar vueltas como una peonza en medio del salón, como los niños chicos, con los brazos extendidos, hasta que no pude más. Hacía mil años (o másssssss) que no lo hacía y os lo recomiendo encarecidamente, después te sientes como nuevo. Eso sí lejos de cosas que se puedan romper (que ya ocupamos más espacio) y de animales de compañía. Por la tarde me di un garbeillo por la librería más cercana a mi casa para comprar un mapa porque este fin de semana me voy a San Diego sí o sí. No encontré ningún mapa de Arizona y California que me sirviera. O compraba el de Michelín que era enorme o los demás eran de los estados por separado y tenía que comprar dos. Estuve un buen rato mirando ayudado por un dependiente la mar de simpático (y también muy guapo chicas) que resultó haber estado en España. Pasó en Sevilla sólo dos días pero me dijo que habían sido los mejores del viaje, sobre todo por las mujeres de Sevilla, que me dijo que eran muy guapas. "Qué me vas a contar", me entraron ganas de decirle. Al final me compré una guía del otro lugar al que voy, que no sé si habréis acertado los de la encuesta, ahora lo miraré. Me acabé los filetes empanados y vi más capítulos de Southpark (cada vez entiendo más). Me acabé durmiendo tardísimo porque me puse a leer la guía. Me ha ilusionado mucho el viaje. A ver qué tal sale.

viernes, 23 de abril de 2010

La cosa cambia.

Vigésimo segundo día (V 23-4-2010):
Los días que me pasan más cosas son los que menos tiempo tengo para escribir.
Hoy habíamos decidido pasar de la conferencia. Llego a quirófano y veo que acaba de empezar la transmisión porque Kristie está hablando delante de una cámara, preparada para operar. No sé si entrar. LeAnne me dice por señas que no hay problema, que pase. Entro y empiezan a hacer una histerectomía. Hoy he aprendido más que en todos los demás días juntos porque como era una operación para un curso Magriñá lo ha explicado todo muy detalladamente, ha dado muchos trucos y ha expresado sus opiniones acerca del futuro de la robótica. He cogido más apuntes en un día de los que tenía. Cuando ha acabado Magriñá se ha acercado a nosotros (la chinita y yo) y nos ha dicho que por qué habíamos ido a la conferencia ayer en vez de al quirófano. ¡Ofú! Yo no me aclaro. Cada uno me dice una cosa. "No se aprende a jugar al tenis leyendo un libro de tenis sino cogiendo una raqueta". Empezamos bien...
Me he ido a chatear un rato. Me tranquilizan.
Cuando me voy a la siguiente operación me encuentro a Magriñá en el descanso de quirófano, una sala enorme. Me acerco a decirle que no sabía que tenía que haberme quedado, que me lo dijo la Dra Kho. "¿Si ella te dice que te tires de un avión, lo haces? Me ahorro decirle que probablemente me tire de un avión. El caso es que después me cambia el día.
"Te voy a dar unos datos para que revises unos casos y trabajes algo". ¡Ais! ¡Qué alegría! Lo mejor es que ha empezado a hablarme en español y hemos estado hablando de investigaciones, de lo que estoy haciendo en España (¡perdonad por dejaros solos Jorge e Irene!).
Me suelto "un poquito" y le pregunto más cosas, entre ellas si me recomienda algún libro para estudiar oncología. Me vuelve a decir lo de la raqueta y que lo que tengo que hacer es ver muchos vídeos de cirugía. Captado, voy a ser Nadal.
Bueno, a por la segunda del día. Me he hecho un lío enorme con el caso porque ... (cláusula de confidencialidad). Durante la operación ha venido el anatomopatólogo para que le explicaran lo que querían que hiciera con la pieza y éste, más tarde, la ha traído diseccionada bajo un pañito, como si fuera un pescado que nos ofreciera un camarero para decirle como lo queríamos, y nos ha explicado su diagnóstico. Igualito que en España.
Al final Magriñá me ha llevado al departamento de AP, que aquí está al lado de los quirófanos (como me contó una vez el Dr. Villar) y han estado charlando más a fondo sobre el caso.
He quedado en ir a verlo el lunes para revisar esas historias.
He ido a comer. El otro día le pregunté a una camarera que qué me recomendaba. Fue el día que peor he comido aquí. Hoy me ha dado por hacer lo mismo (sólo lo había hecho esa vez) con la misma camarera: ¿"Pollo o cerdo?". Ninguno de los dos. Según ella era mejor un plato tailandés o del estilo. Bueno, ¿por qué no? Estaba muy contento y no sabía ni lo que era. Resultó ser un plato de arroz con pasta con forma de arroz y ... una salsa suuuuuperpicante que no había quién tragara (no era tan picante como la hamburguesa "Habanero", pero casi). Me la volverá a colar, seguro.
La chinita se ha acercado mientras comía, me ha dicho que a lo mejor va al béisbol este fin de semana. Le he dicho que me avise, tengo ganas de ver ese deporte, a ver si lo logro entender.
Me he vuelto a chatear y después de dar las buenas noches me he metido en el Marca un ratillo.
Los que lo lean sabrán que hay una sección que nada más que salen tías en bañador (o sin él). Pues bien, estaba yo cerrando la página PRINCIPAL, que no era la de las tías en bañador (o sin él), que daba la casualidad que estaba abierta por esa parte, la de las tías en bañador (o sin él) y escucho por detrás: "AAAAAAnda, mira lo que está vieeeeendo". En español. Me quedo de piedra. Yo no me había dado cuenta pero sigue: "las teti...." Me giro y se queda un poco callado un tío con pinta de mejicano, se ríe un poco y yo le pregunto que si habla español. Sí. Le digo que yo soy de España. Se mete en el vestuario. Yo no entendía a que se refería hasta que después me lo ha explicado. No sabía si explicar el malentendido o dejarlo estar. Al final le explico que es la página de un periódico de deportes de mi país y que estaba viéndola porque mi equipo ha llegado a la final de la Copa de S.M. el Rey pero no se sabe todavía cuando es el partido (manda hue...). Resulta que él es de cirugía ortopédica. Ya tengo a quién saludar en español pero se va corriendo y no me presento. El lunes no me acuerdo de su cara.
Me voy a a hacer nudos. Le pido la llave a Kristy y me compro un Mountain Dew ligth. Voy a devolverle la tarjeta a Kristy y con la de cosas buenas que me han pasado hoy decido probar. Le pregunto: ¿Algún sitio bueno para cenar? con una cara de pena horrorosa. ¡Bingo! Me dice que la acompañe y entre ella y Jennifer me dan las señas de un millón de sitios pero lo mejor es que dicen que si salen por ahí que me llaman. ¡Por fin! Además dicen que antes de que me vaya me llevarán a cenar a un sitio cool. También me dicen que mi inglés ha mejorado muchísimo.
Parece que hoy va todo bien.
Lo único "malo" es que me dicen que no vaya mañana a la conferencia, que va a ser un rollo y nadie me va a echar en falta. Por mí perfecto pero había cancelado lo de San Diego. Me animan a irme. "Llegarías a media noche". Son las tres de la tarde. Aquí la gente tiene otro concepto de coger el coche. Lo dejaré para dentro de siete días. Me pongo a hacer nudos. Me salen mejor del revés que del derecho.
Me voy a casa. Cielo precioso. Escribo el blog y me bajo canciones. Mañana Skype, por fin.

PS: Genuinamente americano, Las Supremes.

miércoles, 21 de abril de 2010

La conferencia

Vigésimo día (X 21-4-2010):
Me levanto y me voy a trabajar después de sacar a Kay cinco o seis veces de mi cuarto. Hoy hay una caso muy chulo que estuve preparándome hasta tarde ayer por la noche, a ver si pillo algo.
Cuando llego a la clínica me encuentro con Lisa, la enfermera que me suelta: "Why didn't you go to the conference?". ¿Qué conferencia? Bueno en realidad es un: "WHAT...?" con cara de gilipollas, como siempre que se dirigen a mi.
Resulta que había una conferencia hoy y ni me he enterado. Se extrañan de que no me haya enterado. Por lo visto llevan hablando toda las semana de ello. Mi inglés va como los cangrejos.
Lisa llama a Jennifer (¡por fin me entero de cómo se llama la fellow que me quedaba!). Me espera en la ¿librería?, ¡ah,no! biblioteca (a D.Adolfo, mi profesor de inglés, le daría un ataque...). La espera un buen rato. Una señora que pasa por allí se ofrece para llevarme pero ¿dónde? La buena señora sólo quería ayudar, pensaba que iba al edificio del al lado y se ofreció a llevarme. Yo pensé que no era la fellow a quien debía buscar, que había entendido mal (usando el sentido común, era lo más probable). Hasta que he aclarado que estaba esperando a alguien han pasado unos segundos ETEEEEEEEERNOS.
Al fin ha llegado. Me ha dicho que la siguiera y... ¡joder, qué coche! Ahora empiezo a entender las diferencias de horarios respecto a nosotros. Trabajan el doble pero tienen que ganar diez veces más. Mirad el coche de la chiquilla.
Supongo que no ha pasado de tercera para que la pudiera seguir.
Al llegar me dice que me vaya a una sala. Se ha equivocado, no es ahí. Las del mostrador de registros me miran raro. No estoy inscrito a la charla, pero a mi me han dicho que me vieniera, no que pagara los quinientos dólares que vale. Me hago el "longui", me doy la vuelta a mi identificación, como si se me hubiera dado la vuelta la identificación de las jornadas, que es parecida, y "pa dentro". Resulta que es todo uroginecología, una cosa que ni existe en España. Lo más parecido es suelo pélvico, que en el Macarena, cortito con sifón. Todo fisiopatología de la incontinencia urinaria. ¿Para esto estudié ayer lo que estudié?
Le echo una ojeada al programa y mañana mejora la cosa. Además, si esto no hay en mi hospital, ¿qué mejor sitio para aprender algo nuevo? Intento pillar algo pero allí se da por hecho que no hay nadie de fuera, no hacen mucho por ser entendidos.
Hay algunas charlas interesantes y otra no tanto.
A la hora de comer hay un pequeño buffet... ¡para hacerse un sandwich! Así que hay un montón de cosas y al final te ponen unos panes para que lo que hayas cogido lo metas dentro y te hagas un bocata. Esto es "mu raro".
Como con las fellows, intento pillar algo, pero entre el frió que paso y lo malo que está el bocata no me concentro. Para un día que como al aire libre en otro sitio que no sea el hospital, hace un frío que pela (¡por fin hace frío y hay unas nubes negras como mis culpas!). Pero vamos que esta gente ni siente ni padece. Yo pensé que era sólo en los quirófanos pero es en cualquier lugar cerrado. Ponen el aire acondicionado en el modo "Walt Disney". Las chicas de aquí tienen que pasar por el IVI para descongelarse los ovarios antes de quedarse embarazadas, seguro.
Lo más gracioso que me ha pasado desde que estoy aquí ha venido después.
Así que en la reunión también estaba la chinita y me he sentado con ella. Por cierto a la chinita por poco la echan de la conferencia porque no estaba inscrita y yo con mi chapita del revés...
A lo que iba. Pues resulta que después de comer me amodorro y me empiezo a quedar dormido, pero cuando miro al lado veo a la susodicha moviéndose como un muñeco de esos que no pueden caerse (¿se llaman tentempiés?), dormida por completa. Me ha despertado porque ha estado a punto de caerse encima mía. Mira, no he podido parar de reírme ni cuando se ha despertado. Me ha preguntado que por qué me reía, y esto no ha hecho sino aumentar mis ganas de reír. Ha sido de estas veces que te ríes hasta que te duele, que no puedes parar. Hacía tiempo que no me reía así. Pero es que teníais que verla: delgada como un palo y para un lado y otro lado. Parecía Michael Jackson en el vídeo ese que se pone casi a cuarenta y cinco grados con respecto al suelo. Yo la verdad no sé si ha sido mi risa o que ha estado a punto de pegarse un carajazo contra la botella de agua que tenía delante lo que la ha despertado.
En fin, que me he reído un montón.
He salido de la reunión esperando que la cosa mejore un poco mañana y con bastante prisa porque Michael me esperaba para ir al cine. No tengo gasolina. Me paso la mitad del camino "acongojado". Como me quede sin gasolina en medio de la nada voy listo.
¡Uf! Una gasolinera. Estaba seco porque se chupa más de treinta dólares. Llego con el tiempo justo. Pero antes tengo que contar que ha pasado algo especial de camino a casa.
¡HA LLOVIDO! No sé si me estoy volviendo majareta aquí pero ha sido algo tan, tan, tan... no sé cómo decirlo, que me he emocionado y me he puesto a gritar riéndome: "Lluvia, lluvia, lluvia! Y se ha acabado. Eso es todo lo que ha llovido. Pero a mí me ha bastado ;) y me he reído más pensando qué pensaría de mi el del coche de al lado.
"Clash of Titans". No ha sido muy buena elección , no sólo por la peli (ya me lo habían advertido), sino porque hablan "como en antiguo" y no pillo ni papa.
Al llegar a casa Michael me dice cómo llegar mañana al hotel de la conferencia, porque yo sólo ni idea y me pongo a buscar un hotel para este fin de semana, que quiero irme a San Diego. Miro por casualidad el programa de las jornadas y resulta que duran hasta el sábado por la tarde. Plan chafado, a ver qué decido hacer...

Vigésimo primer día (22-4-2010):
Un rollo de día. He llegado tarde a la conferencia, me he perdido en la calle del hotel. En la propia calle. Empezamos bien el día. Por lo que pudiera pasar hoy me he puesto el traje. Nunca se sabe a quién puede conocer uno en estas cosas. También me he afeitado. La Dra Kho me ha dicho que iba muy bien :) y después las enfermeras también.
Le he preguntado por la inscripción del congreso y me ha dicho que siguiera mi estrategia de ayer. Ser invisible para no pagarla. Me ha hecho gracia la manera en que me lo ha dicho porque la chinita va a tener que pagar me parece a mi, por enteradilla y hablar tan bien inglés. ¡Qué malo soy! Hoy era el día duro de las jornadas y así ha sido. Me ha dejado destrozado. Había muchas cosas interesantes pero entremetidas con otras de urología infumables. Si controlo poco el inglés y encima me meto en una cosa que no es lo mío, y que además me aburre y no me gusta, todo hay que decirlo; podéis imaginar de lo que me he enterado yo del uso de las mallas y sus complicaciones. Me da hasta vergüenza estar yo aquí cuando hay muchas otras personas de mi hospital que lo aprovecharían mucho más que yo, que no entiendo ni la mitad de las cosas, no ya por el inglés, sino por falta de conocimientos. Pero bueno, el que está aquí soy yo, ¿no? Pues a aprovecharlo me he dicho. He ido con toda la poca vergüenza y le he dicho a la Dra. Kho que si me podía dar todas las presentaciones del congreso. Se ha quedado un poco como diciendo: "¿What?". Yo pensé que no me había entendido pero lo que pasaba era que me había entendido muy bien. Pensaría que colarme en el congreso vale, pero encima darme una cosa que no se la dan a nadie...
Se ha reído y me ha dicho que lo intentará. ¡Jajaja! ¡Qué tía más grande!
Hoy nos dan de comer mejor que ayer, que era el curso precongreso, pero esta gente no tiene mucha idea de organizar cosas de éstas, porque mucha video conferencia y eso pero la comida...chunga. Pero como tengo más hambre que el perro de un ciego porque aquí no estoy comiendo mucho, me lo como todo. Fijaos si tenía hambre que me comí la tarta de queso ¡con sabor a LIMÓN y base de COCO! Lo que hace el hambre. Por cierto aquí no sé que le echan a las tartas de queso que pesan el triple que las nuestras y llenan también el triple (probad las del Starbuck's y lo veréis).
Al final del día las conferencias son de urología nada más pero me da cosa irme, ya hay que aguantar el tirón. Me pongo a subir de nivel en un jueguecito muy entretenido del móvil americano.
Hoy a a china la ha superado otro chino gordito y mayor, que se ha quedado dormido en primera fila y se ha puesto a roncar como un becerro. Todos los de cerca estábamos que nos partíamos.
Después de diez horas y media salgo de la conferencia. ¡Por fin! He quedado con la chinita en que mañana no venimos, nos vamos al quirófano.
Llego a casa y lo único que quiero es cerrar los ojos. No dormirme. Cerrar los ojos simplemente. Estoy reventado.


Vídeo de hoy: Cualquiera aquí puede volverse majara, cómo la peli "Giro al infierno", que creo haber citado ya, y si no me creéis fijaos en este video de The Killers, grupo de Las Vegas (de aquí "al laíto").
Por cierto el paisaje es calcado a la parte de atrás de mi casa.



martes, 20 de abril de 2010

Un dia cualquiera


Ayer deje la entrada sin contar lo que habia hecho al final del día, que no fue gran cosa, la verdad. Pare de vuelta del trabajo en el Wal Mart a hacer una compra "grande", es decir, importante. Cosas como cebollas, tomates, puerros (o apios), bayetas, papel de cocina, papel transparente para los platos que cocine...

Volviendo a casa pensaba en lo bonitos que son en Phoenix los atardeceres. Hace poco le comente lo mismo a Michael y me dijo que eran asi de bonitos porque la luz producía un amplio abanico de colores y brillos con tanta polución como había en el aire. ¡Vaya! Yo pensaba que era algo más especial como la aurora boreal o algo así. También reflexioné sobre lo que había escrito Manolo desde Río. Escuchando "Come back to me" de David Cook (ganador de American Idol, el OT de aquí) iba pensando en esas mañanas volviendo de la Feria con el sol en el cielo y saludando a mi padre al entrar en casa (si no se había ido ya). Esto me llevo a dos cosas. Bueno a tres porque la primera es lo golfos que hemos sido. La segunda era que soy un privilegiado por haber hecho eso y muchas otras cosas, porque nadie elige donde nace (Lolita dixit) y yo (y muchos de los que me leen) he tenido la suerte hacerlo en una famila donde dentro de los limites lógicos tenía una amplia libertad y suficiencia económica, porque se lo han currado por mi. Y yo no he dado mucho a cambio, la verdad sea dicha. Es de cajón pero a veces (muchas) por obvio, no lo valoramos.

La tercera es que hablaba en pasado. !Qué golfos HEMOS sido! ¡Manué que se te acaba el chollo a ti también!

Eso de volver de día un martes de Feria, levantarte a las dos y a las cuatro estar comiendo en el Real porque no tienes que currar, ese volver a las cuatro de la mañana de ver la entrada de "la última" de cada día en Semana Santa, o el simple hecho de "Viernes noche = EM".

El cuerpo te va pidiendo otras cosas, pero no deja de ser verdad que ciertas cosas dejan un recuerdo difícil de olvidar. Lo bueno es que si no se borran puedes volver a vivirlos una y otra vez.


Decimonoveno dia (M 20-4-2010):

!!!!!!!!!!AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!

Michael lo avisó pero no me lo esperaba así. ¡¡¡Un escorpión en mi mochila!!!Sería del tamaño del pulgar pero estaba medio dormido y me he despertardo por completo. ¡¡¡Joder qué susto leche!!! Menos mal que alguien decía que no entrarían con los gatos... pues este ha entrado y se ha recorrido la casa entera. Me pongo psicótico y deshago la cama. Estoy frenético.


Cuando por fin me recupero consigo tomarme la tostada y salgo de casa. En la radio suena "So what" de Pink. Escuchadla a todo volumen con un deportivo por en medio del desierto y veréis como apretáis el acelerador :)

Pues mal día para hacerlo chico.

Con el susto me he dejado la identificación en casa. Marcha atrás cuando estaba casi llegando. Entro en casa y me encuentro a los gatos en mi cuarto. Son como los velocirraptors de Parque Jurásico, saben abrir puertas. Cojo la identificación y salgo pitando. Marcha atrás (ahora literal) porque me he dejado la puerta del garaje abierta. Un poco más y la lio gorda.

Como llego supertarde decido ir por la autopista. Michael me dijo que si tenía suerte podía tardar veinte minutos, si no la tenía, cuarenta y pico.

No la he tenido.

Hoy opera Magtibay pero los casos (menos uno) son de chufla. Me voy a "lab" y la señora de allí me da un dossier con ejercicios de laparoscopia para que los enseñe a los resis chicos en España. Esta señora es un filón. Me ofrece algo que si sale os lo cuento, porque promete ( y no seáis mal pensados).

Me voy a casa temprano después de intentar suturas. Hoy no pongo fotos. No me sale nada. Estoy pensando en la Feria :( A esta hora hace un año...¡¡¡Ais!!! Bueno, llego a casa reventado y me duermo mi primera siesta aquí, por increíble que parezca.

Me levanto destrozado y Michael me ayuda a programar la escapada de este "finde". Me voy a las misiones españolas del sur de California. Son los asentamientos de los misioneros españoles de principios del siglo XVIII. http://rs6.loc.gov/intldl/eshtml/es-1/es-1-4-4.html#track2 Michael me ha sacado de la biblioteca un libro sobre su historia y emplazamiento. Este chico es una joya.

Además también me ayuda a organizar otro viaje. Más adelante os cuento dónde voy en Mayo...


PS: Os pongo algo para que os "culturicéis" un poquito. Aunque no os guste este tipo de música, esto os tiene que tocar la fibra, ¡¡¡alguna fibra!!! Disfrutadlo.



E lucevan le stelle Y brillaban las estrellas
Original en Italiano
E lucevan le stelle...
Ed olezzava la terra...
Stridea l'uscio dell'orto...
E un passo sfiorava la rena...
Entrava ella, fragrante,
Mi cadea fra le braccia...
Oh! dolci baci, o languide carezze,
Mentr'io fremente
Le belle forme disciogliea dai veli!
Svanì per sempre il sogno mio d'amore...
L'ora è fuggita...
E muoio disperato!
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!...
Tanto la vita!...
Traducción al español
Y brillaban las estrellas,
Justificar a ambos lados
Y olía la tierra,
Chirriaba la puerta del huerto,
Y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
Caía entre mis brazos...
¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias,
Mientras yo, tembloroso,
Sus bellas formas desataba de los velos!
Desvaneció para siempre mi sueño de amor...
La hora ha pasado...
¡Y muero desesperado!
¡Y muero desesperado!
¡Y jamás he amado tanto la vida!
¡Tanto la vida!





Ahí queda eso...

lunes, 19 de abril de 2010

Cooking´s Day. Chico. Anatomía de Charlie. La profesora y el Gorila.Feria...

Día 17 (D 18-4-2010):
Me levanto después de haber dormido sólo 4 horas. Definitivamente necesito unas persianas o, más fácil, un antifaz. Hablo por Skype. Me pongo a cocinar hablando con mis padres. Estoy haciendo a la vez la comida y la cena. Primero lo segundo, que si no no lo hago. Para cenar ensaladilla de gambas, para comer espaguetis con huevo y bacón, auténticos carbonara (parole di italiani). Como Michael no cocina tengo que estar fregando cacharros constantemente para ir cociendo gambas, espaguetis, patatas, zanahorias, huevos... es bastante complicado pero con mi madre en la pantalla no hay problema :P
Dos horas y pico después llego a la conclusión de que sólo tengo que estimar mejor las cantidades porque cuezo tantas papas que hago un aliño del mismo tamaño que la ensaladilla; menos mal que estaba mi madre, porque si no hago dos kilos de ensaladilla.Adjunto progresos:

Me dedico a poner lavadoras. En plural porque no sé qué destiñe y qué no. No me cargo nada: ni teñido ni encogido. ¡UUUF!



Me pongo a hablar con mi padre y llega a la conclusión de que, "a lo mejor", estoy un poco verde para haber venido aquí. Justo lo que me hacía falta. Me encabrono. Pues eso ya lo sabía yo.
Me pico y me paso toda la tarde estudiando anatomía. Me dan las doce de la noche (me levanto todos los días a las seis y veinte). Espero que no se me pase el mosqueo porque me sirve de algo.

Iba a escribir más cosas pero no me acuerdo

Decimoctavo día (L 19-4-2010):
Me levanto destrozado. Me voy para la clínica y con felicidad compruebo que es la Dra Kho quien opera hoy. ¡Qué a gusto se está con esta señora! Hoy lo han pasado un poco mal y se ha tenido que pasar Magriñá por el quirófano para arreglar un asuntillo. He estado comentando con la chinita lo del Cañón. Dice que ella estuvo allí hace unos once o doce años. No me acabo yo de enterar de la vida de esta chica.
Entre una y otra operación me voy con los pelvitrainers. En la sala está una señora (la que me pilló cantando "María la Portuguesa") enseñando a poner grapas de todas las formas posibles a dos médicos con pinta de extranjeros (Sudoeste asiático). Cuando acaba le digo que si me puede echar una mano. ¡Bingo! Resulta que yo sólo voy al "lab" a practicar por las tardes, porque por las mañanas estoy en quirófano o chateando con España (no hay otra hora) y siempre estoy sólo con los "pelvis", pero esta señora, que no es médico y se parece un poco a la verdadera Dian Fossey, la de "Gorilas en la Niebla", está aquí sólo para enseñar el manejo de todo el instrumental de quirófano, tanto "abierto" como laparoscópico. Veo el cielo abierto. Me enseña otra manera completamente diferente respecto al video que me había dado Kristie de hacer las cosas. Ya hay más alternativas. Por si fuera poco me regala un libro nuevo superfamoso (y supercaro) de sutura laparoscópica ginecológica. Yo he preguntado si era para mí, no fuera a ser que hubiera entendido mal y pase por chorizo, que es lo que me faltaba. Además me dice que me enseñará antes de irme los pasos básicos para la formación en laparoscopia, para que enseñe a mis compañeros más jóvenes. ¡Vaya joya de señora!

Lo que se tarda en enterarse uno de todo. Y supongo que me iré de aquí sin usar ni la mitad de los recursos a mi disposición.

Me voy a buscar a Verna (ella), porque por lo visto no he acabado de completar todo el papeleo. No la encuentro. Sigo sin verla desde el primer día.

En la hora de la comida, a la chinita y a mi se nos une la Dra. Kho y Lisa, la enfermera que opera. A la Dra Kho le tiene que gustar tela Europa porque no desaprovecha para preguntarme cosas y contarme sus múltiples viajes por el "Viejo Continente". También supongo que será por amabilidad. Más tarde empiezan a hablar de páginas de contactos en internet, que por lo visto están muy de moda aquí. Conocen a mucha gente que ha encontrado pareja por ahí. Incluida la hermana de Lisa, solterona de cuarenta y pico años, me ha parecido entender.
Me quedo de piedra. Si necesitan de esas cosas para establecer contacto con otras personas es que están muy mal. Y nosotros vamos por el mismo camino (Tuenti) Y quién esté libre de pecado que tire la primera piedra. Me preguntan si en España pasa lo mismo. En ese momento me acuerdo de que hoy empieza la Feria. ¡Aisssssssss! Le digo que no, que allí para eso tenemos la Feria, donde todo el mundo liga. Entonces me preguntan que qué es la Feria. Pregunta complicada.
Me van a tener que perdonar por copiar cosas de otro blog, pero esto lo iba a acabar poniendo con o sin excusa, sí o sí; y además no es ni de uno ni de otro, sino del tercer vértice del triángulo, sito en Río de Janeiro.

Ahí está lo que es la Feria, ni más ni menos:


"Chavales...Mi reino por un flamenquin!!!!

Sé que os he dado envidia en muchos momentos. Pero Don Carnal dejo paso a Doña Cuaresma, ésta paso..
y ahora es vuestro turno...que cabrones..

Que no es porque la Primavera comienza en Sevilla y luego sigue para el resto del mundo..

Que ya no es por el incomparable Flamenquín que me como tres horas después que los demás en la caseta del Manué..
ni por el jamón, la cañita de lomo, las papitas, ese montadito señores que sólo se come en la Feria, la manzanilla, el rebujito,
el cante, el baile, las niñas guapas caminito del Recinto, el ambiente, el marco IN-comparable, la chaquetita a 40 grados
con 300 personas en una caseta y además tol mundo bailando..los caballos y ese olor inconfundible, el ruido de los carros,
el algodón, el coquito con agua, el turrón, la del puesto que vente tabaco, la corbatita de colores de la que llevas todo el año diciendo: esta pá la Feria..

Ya no por los mocasines llenos de albero que no se limpian de un día para y otro no pasa ná…, el portero de caseta con el que
durante una semana hablas más que con tu madre, ese codo en barra metálica de Cruzcampo, ese gurruño con la servilleta de papel
que se tira al suelo.. Ese soleado día que se junta con la tarde, tarde que volando pasa a ser noche y que, como buena noche, se lía y
acaba en mañana… la luz del día deslumbrando por ese Puente de los Remedios..

Que ya no es por todo eso, sino por que TODO ESTO ES EN VUESTRA COMPAÑÍA!!!


Um Abraços gostoso para todos!!!


AQUI NOS PEGAREMOS UNOS CANTES A VUESTRA SALUD, OS DEJO CON LA SEVILLANA DE ESTE AÑO:

-Esa menina que vai andando, caminho da Favela!!!!!!"


Creo que contar mi resto del día está de más.

Disfrutad los que podáis y brindad por los que estamos lejos. ¡Olé!

sábado, 17 de abril de 2010

El Gran Cañón




Día decimosexto (S 17-4-2010):
Let's go to the Grand Canyon!!!
Como veis hago caso de las encuestas ;)
Me desperté y había quedado con Michael en que nos iríamos a ver "una de las siete maravillas naturales del mundo moderno". Muy rebuscado ¿no?.
Michael la verdad es que se porta. El tío compró una cámara y todo para hacer fotos porque yo no tengo (ni él tenía, claro). Ni bocatas ni nada de nada, nos levantamos y nos vamos. Bueno mejor dicho me levanto y nos vamos, porque él llevaba despierto desde las cuatro de la mañana. ¡El pobre no va a cambiar el horario por ser fin de semana!
Le digo que si me deja conducir a mí y me dice "It´s up to you" (gracias Manolo, mándame más cosas de esas). Me hace ilusión conducir por las carreteras americanas. Lo primero que hacemos es echar gasolina porque el Toyota "chupa" de lo lindo, además se prevé que hoy le demos al "turbo".
Salimos por la Interestatal 17 en dirección a Flagstaff, una ciudad al norte. Lo primero que me llama la atención es que el límite máximo de velocidad en este país, que yo creía en 65 millas por hora, es de 75, lo que al cambio son exactamente 120 kilómetros por hora. Pero resulta que aquí puedes ir a 5 millas más de lo permitido en cualquier tipo de carretera y no te dicen nada, o eso me ha dicho Michael. En la ciudad la verdad que no merece la pena correr mucho porque, sí, las distancias son grandísimas, pero las manzanas son completamente cuadrangulares, y yo todavía no me sé bien por donde tirar, así que como vaya más rápido de la cuenta y tenga que girar en un momento dado ya me diréis dónde puedo acabar.
Lo segundo es que esto es como las pelis. Hace un tiempo muy bueno (el sol de siempre , vamos) y la carretera está llena de moteros con sus pedazos de Harleys con los manillares altísimos y haciendo un ruido infernal. Van por supuesto en grupo y sin casco (ya os dije el por qué) y con unas camisetas negras horrorosas, ray-ban oscuras, mostachos y barbas enmarañados, pañuelos en la cabeza y algún que otro tatuaje. Parecen todos "ángeles del infierno" sacados de la primera escena de Terminator 2 (no confundir con Morcelator) ¡No les falta un perejil!
Lo tercero y más importante:
¡Qué bonito es Arizona! Acabé diciéndole a Michael al final del día que los que fundaron Phoenix se equivocaron de sitio. Me salió del alma. No podéis imaginar la cantidad de paisajes diferentes por los que pasamos. Parecía una peli (otra peli) del oeste: Primero pasamos por esas montañas que salen en Lucky Lucke con la parte superior completamente plana (sí, mesetas, pero pequeñitas), que por cierto, son bastante altas. Aquí me enteré que el padre y una hermana de Michael viven en un pueblecito de por aquí cerca. Después llegamos a un sitio en el que por fin vi ¡árboles de verdad! y no los esquejes raquíticos que hay en esta ciudad. Pinos de seis o siete metros de altura, muy frondosos. Más tarde pasamos sobre un río precioso.
Lo mejor era la sensación de que podías encontrarte a cada momento un cowboy saliendo de la floresta o a un sioux siguiendo el rastro de una manada de bisontes. De verdad, parecía La Ponderosa.
Y de repente, ¡toma ya! De entre los árboles y elevándose sobre una llanura inmensa surge una espectacular montaña cubierta por completo de nieve que me recordó a los documentales de los gorilas del Kilimanjaro. O al monte Fujiyama visto desde el tren bala (también documental, claro).




Es el Monte San Francisco, a cuyos pies está Flagstaff. Allí estudió Michael, en la universidad. Al llegar a la ciudad echamos más gasolina, porque el coche se había tragado ya medio depósito.

Continuamos ahora por la Interestatal 40 que va de Albuquerque, Nuevo Méjico, a Los Ángeles, California (aquí siempre lo dicen poniendo el estado detrás). Nos desviamos a la altura de Williams y entramos en una carretera de un solo carril para cada sentido, algo raro porque aquí es todo a lo grande.
Otra cosa: ¿podéis creer que justo antes de llegar al parque nacional conduje casi 25 kms por una carretera COMPLETAMENTE RECTA? Aquí lo pasé fatal, Michael se durmió y yo entre lo recto que era todo el camino y el solecito, también me iba amodorrando. Menos mal que inventaron las bandas sonoras para los laterales de la calzada...

Llegamos al parque y resulta que esta semana la entrada es gratis, si no hubiéramos tenido que pagar 25 dólares. Aquí se paga por coche, no por personas, porque si es impensable moverse por EEUU sin coche, llegar hasta aquí es más o menos... imposible. Me quedo maravillado durante el camino de las extensiones de tierra tan grandes sin ni un sólo pueblecito, sólo campo.

Bueno, pues llegamos a un aparcamiento donde leemos que no se puede ir más allá en vehículo privado, así que no nos queda más remedio que pillar una lanzadera. En la entrada nos han dado un mapa y una revistita (¡con lo que a mi me gusta un mapa!) Lo investigo y le digo a Michael que por qué no vamos a una punta del parque y volvemos andando. Ok. La primera lanzadera, cuyo camino es amenizado por el conductor (un tío que no logro describir acertadamente aunque lo he intentado), que nos va narrando lo más importante de cada sitio por el que pasamos, nos deja en la parada de una segunda. El recorrido que haremos andando es el de vuelta de la segunda lanzadera. Son siete millas pero como el mapa no está a escala, no creo que sea tanto. Ya lo sé, si son siete millas son siete millas pero el mapa es muy bonito y así parece menos :S
En esto que vamos a la parada de la segunda lanzadera y...







¡Zas! ¡En toda la boca!
Ahora si que esto ha cambiado por completo. Podré no aprender nada de nada en dos meses aquí (que no creo), pero ya esto ha merecido el viaje, por supuesto. Cogemos la segunda lanzadera y voy con la cara pegada a la ventanilla porque entre los árboles, en las curvas, se adivinan más pendientes, caídas y colores. Llegamos a la última parada, un lugar llamado Hermit´s Rest, el Descanso del Ermitaño, más o menos. Se llama así por uno de los primeros exploradores (blancos, no indios) de la zona, al que acabaron apodando así. Estamos hambrientos pero en el mapa ponía que había allí un snack bar donde pensábamos comer. Por primera vez esta gente no exagera, es sólo para snacks, lo más grande que hay son unos "sandwichitos" mínimos. Yo me pido uno de atún y Michael uno de pavo, la tercera opción era jamón y queso. Aparte compró unos anacardos y para él un Snickers (una guarradita muy apetitosa) Nos lo comemos viendo el espectáculo, porque es un espectáculo. http://www.youtube.com/watch?v=nivmbXJxMVo
Asalto la tienda de souvenirs sin pensar que habrá lo mismo a la entrada del parque y no tendré que cargar con las cosas todo el camino. La emoción es demasiada. Por lo menos no compro la jarrita. Mi madre lo agradecerá...
Empezamos a andar y esto fue lo que vimos...



Atentos a como le digo "mira pallá"















Y es sólo una muestra, porque Michael hizo todo un reportaje fotográfico.
Pasamos por sitios verdaderamente peligrosos y otros no tanto. Intentamos adivinar por dónde demonios iba el río en algunos sitios, pues la profundidad en algunos puntos es mayor de 1.500 mts (¡Quince Giraldas! tenía que decirlo). Le expliqué a Michael el significado de la palabra colorado, que le hizo mucha gracia.




En la que aparezco señalando, lo hago en uno de los puntos más anchos del cañón, pues desde donde me encuentro hasta el borde contrario hay ¡17.7 kms!
Esto es un resumen de todo EEUU: todo a lo bestia, tanto que pierdes toda referencia.









¡Incluso nieve! En las partes que daban al Norte se podía recoger nieve para refrescarse (en la mano tengo una bola que le tiré a Michael y le dio en un sitio que a punto estuvimos de quedarnos sin cámara (y sin Michael)), porque hacía calorcito. Todo muy raro, como de otro mundo, ya lo veis.


















Me pasé todo el camino diciendo que entraban ganas de saltar y echarse a volar como un pájaro porque es la pura verdad.













Y Michael por su parte le decía "no saltes" a todo el que veía parado mirando el fondo del cañón. Aquí es muy típico eso de hablar al prójimo sin conocerlo de absolutamente nada.

Un ejemplo: el primer día que fuimos al Wal-Mart, estábamos en la sección de especias, buscando guindilla para los espaguetis "aglio, olio e pepperoncino" (que te gustan ¿verdad Álvaro?) y una señora muy grande se nos acerca y nos dice: "Yo, para la carne, lo que más suelo usar es la mezcla de ajo y perejil especial para barbacoas, que le da un regusto muy bueno". Yo me quede un poco traspuesto, la verdad. Michael le dio las gracias y ella siguió andando con su carrito. Para que veáis a qué me refiero.

No sin trabajo llegamos al final del trayecto y cogimos la primera lanzadera para volver al parking. Esta vez tuvimos que ir de pie y creo que me cansó más que los casi 14 kms que acabábamos de recorrer. Asalté la tienda de recuerdos grande pero sin comprarme nada para mí. Probé el Mountain Dew, una especie de Sprite, pero con mucha cafeína. Intenté explicarle a Michael lo que era un "flag" (o "flag-golosin"), porque el sabor era calcado al de lima-limón.

Yo cuando era chico pensé que lima-limón era un tipo de fruta, no dos.

Volvimos por la recta interminable atardeciendo. Los atardeceres aquí son todos de película. Me parece que he visto demasiadas películas.

Paramos en Flagstaff para echar otra vez gasolina y para cenar. Bueno, son las ocho, puedo cenar a las ocho. Lo intentamos en un italiano pero hay mucha cola. Me hace gracia que ni nos bajamos del coche. Aquí todo se hace con el coche, no hay que acercarse al restaurante para ver cuánta gente hay por delante tuya. Paramos en un restaurante de una cadena llamada Chili´s. Me tomo mi primera hamburguesa "100% vacuno americano", está tremenda.



Cheesebacon original. Mientras comemos vemos a la vez un partido de baloncesto, otro de hockey y otro de béisbol. Está todo lleno de teles.











Después de cenar todavía quedan cosas por contar, y es que por aquí pasa la famosa Ruta 66 que recorre EEUU desde Chicago a Los Ángeles. Le pregunto a Michael cuánto valdría alquilar una moto un fin de semana para recorrer parte de ella. "Ni idea, pero mucho".
Me conformo con la foto.



















A partir de aquí condujo Michael, y vaya tela el tío. Fernando Alonso conduce así y rompe a la primera.

Llegamos a casa y me alegro de haberme comprado los pantalones del Carrefour ;)

Puedo decir que después de haber visto lo que he visto hoy, merece la pena el viaje, sin duda.
PS: Me faltan muchas cosas pero no puedo escribirlo todo, todo y todo... he empezado a estudiar ;)
PS2: No podía cargar los vídeos, tarda demasiado :(

viernes, 16 de abril de 2010

Analytics. Recuerdos. Manicomio. MORCELATOR. Un encuentro inesperado. Chistes.

Día decimoquinto (V 16-4-2010):
Un día normal y corriente. No hay mucho que contar.
Es por eso que quiero hacer ciertos incisos en el blog mientras escucho una versión muy bonita de "Noche de paz" en alemán, que por cierto no sabía que era de Bach.
Bueno, antes os voy a enseñar la clínica:









Es que hoy he llegado un poco antes y me ha dado tiempo a ir a la entrada, que está al otro lado del parking, para poder enseñarosla y dar fe de que no estoy en Las Vegas gastándome todos mis ahorros (¿cuáles?). Después he tenido que hacer otra vez el viaje porque me había olvidado la funda del principal instrumento de supervivencia en Phoenix, las gafas de sol. Resumiendo, que al final con las tonterías he llegado tarde.
Es chula ¿Verdad? Pues tiene ya sus añitos (creo que quince) pero la tienen muy bien cuidada. A mi me parece superbonita y por dentro está super limpia.


A lo que iba:
He puesto la aplicación google analytics en el blog porque el contador de visitas no es muy fiable, ya que cada vez que entro yo también lo contabiliza como visita "exógena" ;) jeje! ¡Pues no salgo de mi asombro! No ya por hasta que punto se puede tener controlada a la gente a lo largo y ancho de este mundo, que también, sino por la cantidad de visitas que he recibido desde que lo puse. Me parece una barbaridad. Y no sólo se puede ver el número de visitas sino que también cuando se han realizado y ¡desde dónde! Así he visto que mi hermano me ha leído una vez desde Italia, que Manolo no me ha leído desde Brasil (aunque él dice lo contrario...); pero también que alguien ha "bicheado" el blog al menos una vez desde La Coruña, Algeciras (¿mis primos?), Cádiz, Huelva, Córdoba, El Puerto de Sta María (Juanca supongo), Leganés, Madrid, Toledo y ¡Montpellier! Pero ahí no queda la cosa, y es que además de tener un montón de visitas de Arizona, que supongo que serán mías, de cuando no sabía entrar como autor del blog (triste, ya), también tengo alguna que otra visita de Minnesota, que es donde está la central de la Clínica Mayo, en Rochester.
En fin, que te abruma bastante, pero que por otra parte también te halaga y sobre todo te entretiene.
Todo esto me lleva a dar las gracias a TODAS las personas que me han escrito de una u otra manera para ver cómo estoy y que tal se me están dando las cosas por aquí, que no han sido pocas. Exactamente han sido: 13 vía Gmail, 5 vía Hotmail, 7 vía Tuenti, 2 vía sms, otros 2 por Skype y 2 más por teléfono. Aparte están los seguidores del blog y todos aquéllos que no manejan muy bien las nuevas y no tan nuevas tecnologías que me mandan recuerdos a través de los anteriores. Y Pepe, claro, que no sabe escribir pero lo haría si pudiera. Me han hecho sentirme muy querido.
GRACIAS.
El día en sí no ha sido gran cosa. Lo único reseñable es que me han puesto una bata de quirófano para que pudiera acercarme más a la operación pero para asegurarse de que no tocaba nada no me han dejado sacar los brazos. No era la primera vez. Te atan las mangas de la bata a la espalda. Pero esta vez me habrán visto cara de espontáneo en plena corrida de Feria en La Maestranza, porque la verdad es que a veces entran ganas de coger el bisturí (tela), y el caso es que también me han atado las demás cintas de la bata alrededor del cuerpo. Con lo apretado que iba, con las mangas a la espalda y la mascarilla, que hoy me había apretado demasiado, podían confundirme antes con Hannibal Lecter que con un doctor.
Por otra parte hoy casi me corto las venas. Después de dos semanas seguidas en el mismo quirófano con las mismas personas, Marta, la jefa, les dice a los demás: "Tenéis que hablarle más en inglés a Carlos". A lo que responden todos al unísono: Who's Carlos?" En un arrebato de amor propio salgo de detrás de la torre de laparoscopia y digo:"meeeeee", pero con un gallo bastante ridículo. Vassilis se ríe hasta que se le ve la muela del juicio. Me desespero. Al final de la operación LeAnne me da la explicación tras pedirme disculpas: aquí no pueden llamar a los MD (medical doctors) por su nombre de pila, por eso no se lo han aprendido ("sorry Dr Yimenes") Les digo que conmigo hagan la excepción, que soy residente; a lo que me contesta que eso es ser MD. Pues no importa, yo soy Carlos, ya habrá tiempo de llamarme de otro modo (espero).
LeAnne (se escribe así, todo junto) es una de las circulantes de quirófano que medirá 1'90 metros y pesará el doble que yo, pero tiene cara de niña buena, de no haber roto nunca un plato, y sobre todo tiene una voz que la convierte en un encanto. Para que os hagáis una idea, me recuerda a aquel personaje que decía ser Michael Jackson en el capítulo de Los Simpson del cumpleaños de Lisa ("Lisa hoy es tu cumple, se muy feliz Lisa...") Si no veis la serie, lo siento, porque ese capítulo lo habré visto 6 veces.
Después hemos cambiado de quirófano y la enfermera de éste pensaba que yo era un médico venido de fuera para operar con el Dr. Magtibay (el afable, bonita palabra) y me ha preguntado por el número de guante. LeAnne le ha explicado "la situación" y después se ha venido para mi y me ha dicho: "No te preocupes, yo cuido de ti". Con lo poco que se estila aquí ese tipo de comentarios qué queréis que os diga, a mi se me han abierto las "cannes". No le he dado un abrazo de puro milagro.
Es que aquí en la clinica me están tratando de la mejor de las maneras, pero siempre se echa de menos algo más personal.

En otra de las operaciones he preguntado por qué no se usaba aquí morcelador, lo que me parece un atraso. Para los profanos os comento que un morcelador es cono un triturador de carne, pero humana, para sacar cosas gordas por sitios pequeños, y no os cuento más que después decís que qué asquito. El caso es que no sabía cómo se decía en inglés, y emulando a Carmina cuando dijo aquello de "semaphoro", en lugar de traffic ligth (un saludo si me lees) me lancé y dije "MORCELATOR". ¡Joé chiquillo! ¡Qué bien suena! Se te llena la boca y parece que estás hablando de algo superimportante o superdañino, sobre todo si lo dices como lo diría Chuck Norris en Walker Texas Ranger. La gente de quirófano se ríe más todavía cuando lo digo. Lo de menos es que acierto con la palabra.

Me he ido a comer y en la comida se me ha presentado una señora con la que he estado charlando un rato. Vivió en Alemania y añora volver a España, donde iba de vacaciones en verano. Adora la siesta.
Me lleva a pensar en lo que viajan todas las personas que estoy conociendo. Nadie, absolutamente NADIE, ni siquiera Michael, ha vivido toda su vida en el mismo sitio.

La comida de hoy es mala (hice caso de la camarera y se equivocó) pero la charla es amena y por ello llego tarde a quirófano.
Tengo que decir que he estado chateando entre operaciones con España y al final de la última aparece mi madre por el chat. Me tiene hasta casi las cuatro de la mañana en el ordenador. A este paso ella también va a tener jet lag.

Estoy reventado, llevo todo el día mirando la pantalla de quirófano y los ojos me escuecen lo que no está en los escritos. ¡Venga Carlos, que has venido aquí para eso! A punto estoy de irme a casa, que es viernes, pero me quedo haciendo nudos. Cuando te pones es muy entretenido pero ahora que mas o menos me he enterado de la situación en que tengo que poner los puertos de entrada la cosa se ha complicado bastante. Sobre todo en suturas verticales. Adjunto foto de primera sutura "in the Vertical Zone".


Tiempo aproximado: Mucho.














Cuando ya no puedo más me voy. Salgo de la clínica y justo en la puerta... ¡¡¡ostras!!!











¿No sabéis lo que es? A ver si con un vídeo...














¡Sí! ¡Una serpiente! ¡Dios mío! Una serpiente en la puerta de la clínica. Michael me diría después que es normal, es la época en la que salen las arañas, los escorpiones y las serpientes, de las cuales no tengo que preocuparme si no son de cascabel. No podían tener ardillas y conejitos. No tienen suerte ni para eso aquí. Después me "acongojaría" diciendo que es normal también ¡que se metan en casa y todo! Claro Michael, si tú lo dices. Mi cara lo dice todo.

Me voy contento a casa. Mejorando cada día. Me tomo un sucedáneo de colacao hiperbajo en calorías y me quedo frito al instante.

PS: Iba a poner dos chistes, pero ya se me han olvidado, a ver si los recuerdo estos días.

miércoles, 14 de abril de 2010

Chucho Ochoa. El póster. Nubes. La china controla. Satisfaction.

Día decimotercero (X 14-4-2010):
No puedo seguir escribiendo, me absorbe demasiado tiempo. Voy a tener que hacer resúmenes o algo así, pero entonces se me van a olvidar las cosas graciosas o interesantes. No sé, ya veré qué hago.
Hoy no voy a trabajar. Sólo había una histerectomía vaginal programada a ayer última hora (esta gente es muy rara, imaginaos que os dicen: "oiga, que se opera ud. mañana") y la verdad necesitaba un descanso. Ya sé que he venido a currar como un perro pero mira, qué queréis que os diga, prefería estudiar aquí en casita.
No he estudiado nada.
Nada más levantarme puse el Skype porque había avisado de que no iba a ir a trabajar y podía charlar por la mañana (mi mañana). El que me llama es Manolo. ¡Vaya! ¡Qué romántico para por la mañana! Me dice que no haga ruido porque está en la oficina. Me enseña donde trabaja. Vaya pasada de sitio. El reflejo (y las legañas) no me dejan ver muy bien pero se intuye una playa abajo de la ventana. Trabaja en el piso 29 de un rascacielos. Mientras que me enseña aquello le preguntan algo y él intenta chapurrear portugués. ¡Manolo tío, llevas 9 meses en Brasil y no tienes ni pajolera idea macho! Ya le vale.
Me cuelga y no da más señales de vida, habrá llegado su jefe. Bueno, por lo menos sé que está vivo, porque andaba preocupado desde que mi madre me dijo que habían muerto no sé cuántas personas en unas inundaciones allí. Además me da buenas noticias, para él y para mis vacaciones, ¡jeje!
Llama Valle: Me pone al día. Cantillana es un horror. Todo sigue igual. Pienso que tengo que aprovechar bien aquí porque después volveré al rollo del hospital donde todo es (casi) siempre igual. No me entendáis mal, que a mi me gusta mi hospital, pero a veces parece que no hay mundo más allá y no es así.
Llaman mis padres: Me encabrono porque mi padre me dice unas cuantas verdades: que no aprovecho el tiempo, que tendría que estudiar más... lo sé y por eso me encabrono, porque él lo dice por mi bien, pero a nadie le gusta que le digan lo que uno hace mal, ¿no? El principal problema que tengo aquí es que nadie me dice qué tengo que aprender. Nudos, suturas, anatomía, oncología, cirugía en general, inglés... no hay nadie que se preocupe y te tutorice, supongo que es normal, que uno ya es mayorcito, pero bueno. Estoy todavía un poco perdido y me da la sensación de que no aprendo lo que debería o podría.
Hago propósito de enmienda.
Vuelvo a hablar con Valle que me hace reflexionar y con mis padres, a los que les enseño la casa y los gatos. Por un momento pienso que el chico se ha escapado. ¡Dios mío! ¿Y ahora qué hago? Menos mal que aparece rápido porque perder un cd vale, pero un gato...
Mis padres me animan a que vaya este fin de semana al Gran Cañón. Hago una tortilla mientras me hablan. Es como tener a Arguiñano pero mejor; mi madre me va diciendo lo que tengo que hacer (pero vamos que yo SÉ HACER UNA TORTILLA). En un momento determinado hasta me avisa de que me he dejado el fuego encendido. ¡Vamos! ¡Cómo si estuviera en casa! Aunque pensándolo bien no estaría haciendo yo la comida. Sí, es un poco de caradura admitirlo.
Hablo con mi hermano ya que mis padres me pegan el móvil al portátil cuando lo llaman (tecnología punta). Está bien y mañana tiene urología. ¡Qué te gustan los macarrones!
Me despido de mi madre que está reventada muy temprano porque dice que la estoy matando con tanto chateo trasnochador.
Vuelvo a llamar para enseñar la tortilla y lo mejor del día es un baile emulando a Chucho Ochoa, buscadlo en Youtube ( http://www.youtube.com/watch?v=yjJ2HYHCdcY ). Bueno lo mejor es lo que se ríe ;D
La tortilla está riquísima pero me sienta como un tiro, unos dolores de barriga horrorosos. Cuando se me pasan un poco me decido a empezar el póster del congreso de la SAGO. Michael no viene hasta muy tarde. Llega "to' colorao" y resulta que ha estado de paseo por las montañas. ¿A quién se le ocurre ponerse a pasear por el medio del desierto a las 4 de la tarde? Pero es que creo que aquí eso es como salir lloviendo en Londres, que o lo haces o te mueres de asco en casa. Me dice que se va a Hawai once días a ver a su primo, que si no me importa quedarme con los gatos. Me dan ganas de decirle que cojamos a los gatos y nos vayamos los cuatro, pero va a ser que no puedo. Lo malo es que me chafa el plan que os comenté (o más bien no os comenté ayer) de ir a un sitio muy chulo. Me tendré que quedar dos fines de semana en casa. Bueno, ya inventaré algo. También me dice que me acompaña al Gran Cañón, pero sólo si vamos y volvemos el mismo día. Vaya tela con Michael. Bueno,uno de los fines de semana que me quedo con los gatos puedo volver si me gusta, no pasa nada porque estén un día solos.
Me lleva toda la tarde el asunto del póster, para después darme cuenta de que lo tengo en iWork y que al pasarlo a formato Office me queda chungo tela. Me decido a irme a la cama. Voy a leer algo de anatomía antes, a ver si de una vez encuentro los uréteres...


Noche del decimotercer al decimocuarto día:
Me llega un mensaje a las tres y pico de la mañana. Ya tengo "r chica", Araceli, ¡Qué ilusión! Toda la que me puede hacer a estas horas, claro.
La pobre no sabe la que le ha caído...
Me duermo, no sin trabajo.


Día decimocuarto (J 15-4-2010):
Ya llevo dos semanas aquí.
Por fin veo nubes.
Cuando salgo de casa para trabajar y llevo un ratito conduciendo me digo: "Qué poco veo". Es que estoy acostumbrado a ir con las gafas de sol y para un día que hay nubes en el cielo ni me he dado cuenta. El paisaje cambia por completo.
Hoy he estado un poco disperso, pero por una buena razón.
Así que ha vuelto la chinita y me ha estado poniendo al día de lo que ha visto en el congreso, creo que mundial, de cirugía robótica. No sé de qué estábamos hablando que acabo preguntándole si ella no quiere usar también los pelvitrainers. Me suelta que no, que ella ha venido para aprender a usar el robot. Me suena muy raro. Ella me pregunta mi edad. Yo le pregunto la suya (sin ánimo de ofender). Y todo queda más claro.
Resulta que la chinita, a pesar de aparentar veinticinco años como mucho, tiene 34, controla que te cagas de laparoscopia y ha venido aquí porque va a ser la única en usar el robot que todavía no tienen en su hospital. Yo vengo para aprender a usar el pelvi y ella el Da Vinci. La vida es así. Me dice que la lleve a la sala de pelvi y por lo menos ella también se queda flipada.
Mira tú por dónde que la que me enseña las cosas que he venido a aprender no es de la Clínica Mayo.
Me enseña los tipos de sutura (que mañana le volveré a preguntar porque muy claritos no los tengo) e incluso un extracorpóreo que no necesita aprietanudos. Me quedo flipado, esta chica es un filón. Si ya lo decía yo...
También me ha recomendado un libro muy bueno que estaba por allí pero que no puedo sacar, a ver cómo lo hago.
Es por eso que hoy me he escaqueado un poco del quirófano, donde el encanto de la doctora Kho estaba operando cosas muy chulas por cierto, pero en todos lados no se puede estar, y estaba ansioso por probar nuevas cosillas. También en Sevilla no estaban muy bien los ánimos hoy. Lo único "bueno" es saber que alguien le hago falta.
Del quirófano de hoy por lo menos me han quedado claros los puntos de la culdoplastía de McCall, que ya es mucho.
Lo malo de vuelta al "lab" ha sido cuando he intentado poner los puertos (entradas) del pelvi como si fuera una operación normal, ya que dicen aquí que tienen que estar en el mismo plano vertical. Me ha sido imposible dar una a derechas, pero no me he desanimado porque el primer día me pasó eso con los nudos y ahora más o menos me salen. Al final me voy a casa contento, aunque sólo he hecho un nudo.
Salgo y hace un tiempo cómo en Sevilla en Agosto por la tarde noche, cuando se puede empezar a salir a la calle y está muy gustosita porque no queda nadie en la ciudad, y mejor aún si estás saliendo del Labradores después de un bañito y te tomas unos chanquetitos con huevo en La Montanera, ¡ahí es ná!
Me voy al Wal Mart para comprar "los avíos" para hacer ensaladilla de gambas y buscando por los congelados lo veo: un estante completo de como cincuenta sabores de helados de Ben & Jerries. No me compro el de un litro, para tomármelo viendo una película romántica de Julia Roberts o peor aún, de Kevin Costner, tipo "Mensaje en una botella", que sería lo "genuinamente americano". Cojo el pequeño, que es de medio litro (nada más). Voy a probar una de las mil variantes de vainilla y trocitos de chocolate. He parado de contar a las trece variantes. Encuentro la mayonesa y las zanahorias, pero no las gambas. Me voy congelando la mano por todo el super (para un día que no cojo carrito...)
Finalmente las encuentro y me voy a casa.
Esto mejora pero no llega a cuajar. Como la canción que suena en la radio y pongo a todo volumen: I can't get no satisfaction, 'CAUSE I TRY!!!

lunes, 12 de abril de 2010

El robot y la crema de espárragos

Día decimoprimero (L 12-4-2010):
Me levanto suuuuuuupercansado: El lio de horarios entre España y EEUU que me hago al hablar con el Skype me ha matado. La verdad es que hoy no tengo muchas ganas de ir a trabajar, mira tú por donde.
Llego el primero al quirófano con muchísimo tiempo de anticipación. Todo el mundo me saluda y me pregunta que tal el fin de semana. Pero todo el mundo es TODO EL MUNDO. Me da tiempo a ir mejorando la respuesta a medida que van entrando diferentes personas. No os riáis. Esto es como todo, ensayo y error. Hoy hace Magriñá dos operaciones para quitarse el sombrero. En una de ellas se las ha visto y deseado, pero al final han quedado superbien. Hoy además ha hecho una pregunta en quirófano que no he respondido, porque me daba un poco de vergüenza, pero que sabía (renal izquierda), Bueno seguro seguro no estaba, pero casi. Ya, ya. Supongo que para ser el que está operando HAY QUE SABER CUÁL ES. Pero yo no era el cirujano ( A Dios gracias). Como la "intuía" y la ha fallado hasta el fellow me he puesto contento. Hoy no estaba Kristie, la fellow que rota ahora con Magriñá, sino Vassilis, el greco-americano; creo que ya os he hablado de él.
Entre una y otra he podido chatear con "España" ;) Esto me ha puesto más contento aún. Si soy sincero eso es lo que de verdad puede hacer que un día aquí cambie por completo. Supongo que de eso se trata, ¿no?. (Gracias)
Después de la segunda me he vuelto a ir a chatear sacrificando la comida. Total, así hago un poco de dieta. Pero lo malo es que me he pasado tanto tiempo que me he perdido la tercera, que era una histeroscopia. Me quedo un poco cortado con esto de haber llegado tarde e intento hablar con Magriñá para preguntarle unas cosillas, y así de paso hacerle ver que tengo interés (porque cada vez esto esta cogiendo un cariz más interesante, la verdad) pero se sale por la otra parte del quirófano, la del almacén.
"Bueno, pues me voy a ver si hago algún nudo", me digo a mi mismo. Pero antes de salir me paso por el quirófano uno para ver si encuentro a Magriñá, porque tengo que decir que hoy hemos estado en uno que no es el habitual, el seis. En esto que lo encuentro con un montón de gente cerca del robot. En la pantalla hay paciente, pero no en la camilla. ¿¡Y esto cómo es posible!?
Entre tanta gente no puedo ver nada así que me decido y entro por toda la cara.
¡Están operando un filete!
Resulta que están probando un modelo nuevo de láser de CO2 para el robot y querían que D. Javier lo usara a ver qué le parecía. El chisme le gusta, dice algún comentario a los de la casa comercial y al encargado de "medicina de simulación" o algo así que tienen aquí esta gente. Ahora viene lo bueno. Atentos.
Así que esta despidiéndose de la gente que hay allí y cuando le voy a hablar dice: "¡Ah! Y ahora dejadle a Carlos probar un poquito el robot".
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!
Me quedo helado.
Lo vuelve a repetir y me presenta al encargado.
¡Ay Dios mío! ¡Que va en serio!
Los de la casa comercial se creen que soy poco menos que el que usa el robot del Rocío, o algo así. El encargado también, por lo que me deja sólo y tengo que pedirle que por favor me enseñe más o menos a manejarlo. ¡¡¡ESTÁ CHUPAO!!! No quiero ser un listillo. Está chupao sin paciente, claro. Lo que quiero decir es que te haces con el manejo en un plis. Es como mover las manos. "ES" mover tus manos. Es lo más intuitivo que he visto desde que empecé a estudiar Medicina. Cómo tener tus manos dentro de la barriga de la paciente, sólo que tus manos, cortan, coagulan y agarran con una precisión bárbara. Es cómo un videojuego. Mi hermano seguro que lo hacía mejor que yo:)
No llega a 10 minutos pero me siento increíblemente bien. Mando múltiples mensajitos a una hora intempestiva en España para contarlo. ¡Ais! ¡Qué felicidad!
Me voy a la cafetería a comer algún sandwich. Elijo la "Healthy Choice", un sandwich de pavo y me hago una ensalada. Estoy tan nervioso que no la aliño. Peor aún, me doy cuenta cuando me la estoy acabando.
Ahora si que me voy a hacer nudos. Intento los extraperitoneales por primera vez, pero no sé usar el aprietanudos. Pongo "María la Portuguesa" seguido de "Paint in black" de los Rolling, hoy me da igual quién entre.
Me voy para casa y paro a repostar. Me pierdo. En Phoenix, desde la avenida central al este son calles, y al oeste, avenidas. Confundo la 7th Street con la 7th Avenue. Menos mal que no es la 85th, por ejemplo. Llego a casa. Feliz. En España ya es el cumpleaños de mi madre.

Decimosegundo día (M 13/4/2010): Hoy es el cumplaños de mi madre. Ayer (para mi) le mande un mensaje para felicitarla pero me dijo que su cumple es a partir de las 11 de la mañana, hora en la que nació. Por ello vuelvo a mandarle un mensajito.
Creo que a partir de ahora me voy a hacer la corbata después de desayunar, y no antes. Es bastante peligroso ponerte a fregar los platos de con una corbata cara, y más medio dormido.

Me voy al hospital, cada vez llego antes. Ayer el griego me dejó un video de una histerectomía robótica para que lo copiara. Lo he perdido. Creo que lo dejé en la sala de pelvitrainers. No aprendo. A ver cómo se lo digo.

Hoy he conocido a la doctora Kho. Es la única a la que me presento de motu propio, sin mediación de nadie. No es porque sea la única mujer del servicio; de los especialistas, no de los fellows, me refiero; sino porque transmite una cercanía que ya la quisieran muchos residentuchos de tres al cuarto que no parecen ni la mitad de la mitad de lo buena cirujana que resulta ser ella. Es una ¿americana de raíces asiáticas? con una pinta de ser suuuuuperamable. Además ha estado en Sevilla hace poco. Dice que le encantó pero que ahora estará más bonita, ya que cuando fue ella estaba toda levantada por las obras del metro. Además dice que es uno de los sitios donde mejor ha comido. La llevaron al Bulli, sin reserva. Eso es categoría y lo demás son tonterías.

Realiza una colposacropexia robótica pero cambiando el robot de lugar, para que los ayudantes puedan moverse mejor. Esto es un verdadero acontecimiento aquí por lo que el quirófano está más lleno que de costumbre. El griego está aprovechando que las otras fellows están en un congreso y se está hartando de coger el robot. Tengo que explicar que aquí los fellows rotan por cada uno de los cuatro médicos del equipo, pero ahora él cubre a las otras todo los días en quirófano. En el ÚNICO momento que me distraigo me avisa, por mi nombre, para que vea una variante muy interesante de la operación. Después de la operación le hago algunas preguntas y en una de ellas meto un poco la gamba, pero me las contesta de buen grado y me dice que no me preocupe, que estoy aquí para aprender. ¡Qué encanto de señora! Y qué buena cirujana es también, claro. Lo digo y lo repito.

Me meto en internet para ver como va el Sevilla. Para qué miraré nada. Va a ser que no era sólo el entrenador...

La tercera del día ha sido algo de ciencia ficción. Se han cambiado de quirófano no sabía yo para qué y cuando voy a entrar oigo: ¡NOOOOOOOO!. ¡Ay, que susto! Pego un brinco. Y me señalan un letrerito en la puerta que pone algo así como: "Cuidadín, rayo láser invisible que te pué dejá ciego! Entro con ciudadito como reza el panel informativo y me ponen unas gafas que hacen que parezca Bono el de U2, no el del congreso. Sólo para ginecólogos: imaginaos un colposcopio con un puntero láser añadido. Tras marcar con acético y tomar biopsias, la Doctora pisa un pedal y se va fulgurando la zona que señala el puntero láser. ¡Increíble! Y lo manejaba con una palanquita instalada en el colposcopio, como un joystick en miniatura. No salgo de mi asombro. Me despido de ella y le doy las gracias.

Me pongo en contacto con España por el Gmail. Primero con Valle y después con mi madre. El cumple mu bien. Le han regalado un viaje a Croacia. Se lo merece(n).

Con esto de hablar a la hora de comer llevo dos días con el comedor cerrado. Hoy me dan en la cafetería cuatro nuggets. Pero no os equivoquéis, porque aquí cada uno es un cuarto de pechuga. Con lo cual me como una pechuga entera rebozada y la ensaladita a la que me estoy acostumbrando. La verdad es que cuando te lo ponen todo por delante y tú eliges cómo hacértela está muy bien. Eso sí, tengo que moderarme con la cebolla roja.

Voy a ver si hago nudos un ratito. Me encuentro con Lisa, la enfermera de Magriñá. La chica se llama Lisa Kill y sólo decios que le viene que ni pintado el nombre. Me abre la sala de pelvitrainers. Le pregunto cómo se usa el aprietanudos para los nudos extracorpóreos porque es bastante difícil llevar el hilo hasta el final como he visto en el video. Me dice que sería mucho más fácil si usara el aprietanudos, no un portaagujas especial de laparosopia. Vaya tela con mi caraja...

Hoy no tengo muchas ganas. Pruebo un ratito de extracorpóreos y otro ratito de intracorpóreos, que me gustan más. En total menos de una hora. Leo los ingredientes necesarios para hacer la crema de espárragos, cuya receta me ha enviado mi madre por correo electrónico, los apunto en la libreta de dudas quirúrgico-lingüisticas y me voy a casa.

Como hoy he salido temprano y no se ha hecho de noche quito el techo y ¡a disfrutar! Me gusta conducir.
No están muy bien pero es que pensé que se vería mejor el sol, sorry!

De camino paro en el Wal Mart para comprar lo que me falta. Cuando estoy dentro me doy cuenta de que me he dejado en el coche la lista. ¡Cachis! Lo más complicado va a ser encontrar LECHE IDEAL. Supongo que es leche evaporada; y si es así a ver cómo la encuentro o pregunto por ella. Además me puedo hacer una idea aproximada de como es un puerro, pero perfectamente puedo confundirlo con un apio. Creo que consigo todo lo que necesitaba, incluso la leche evaporada, de la que al final resulta haber mil tipos, pero no de Nestlé. Cojo la normal, nada de ligth, porque es para cocinar. Compro perejil (¿parsley?) y otro cuaderno más grande para hacer esquemas en casa pero algo me dice que no lo voy a usar mucho. Lo más fuerte de todo. Me compro unos pantalones. Como no me he traído los piratas, para los fines de semana me ha aconsejado Michael que me comprara algo así. Había muchos colores pero he cogido el más discretito, beige muy clarito. Más que pirata son "cargo", o eso pone la etiqueta. No podía probarmelos pero total, eran catorce dólares, un poco más de diez euros. Cojo la treinta y cuatro. Me la he jugado. Me quedan bien. Total, que me he comprado unos pantalones en el Carrefour de Phoenix.
Llego a casa a las siete y veinte, más o menos. Michael para variar ya está dormido. Me da lo mismo. Me pongo las canciones de un disco de jazz que le regalamos a mi padre cuando fuimos a Nueva York y empiezo a leer la receta. Me acuerdo de la noche en que compramos el disco. Fuimos a oír jazz en directo en Manhattan. El chico González y su por entonces novia, que ahora es prometida, decidieron retirarse. Bajamos Pablo y su novia, ahora prometida, el "shico" Fernández, mi hermano y yo. Digo bajamos porque nos metimos en un sótano y cuando entramos en el club descubrimos un lugar mágico donde estaban "haciendo" por decirlo de algún modo, una "jam session". Algunos como Pablo veían la magia en el poder somnífero de la música, otros en la capacidad de hacerte no pensar en nada más en ese momento. Siempre he pensado que como la música en directo no hay nada, pero en ese antro con sillones, sillas, taburetes y alcohol servido de un modo ritual, en compañía de mi hermano y unos buenos amigos de verdad, después de un día agotador , no fue sólo la música lo que disfruté.

La receta digamos que "aceptable". Cuando ya lo tenía todo cortadito; ajos, puerros (¿o eran apios?), patatas y espárragos, me doy cuenta de que no hay mini-pimer. La hemos liado. Me pongo a buscar como un condenado. No la encuentro. Si la montaña no viene...
Decido rallar los puerros; o los apios, o lo que fueran, y el ajo. No podía imaginar que los puerros, si es que son puerros lo que he comprado, fueran como cebollas. Al rallarlos he empezado a llorar casi tanto como en Titanic. Cuando estoy acabando el primer puerro localizo un cajón que no he revisado.
Ahí está la mini-pimer. Era de esperar (no de-sesperar).
La teoría es simple, rota y pica. La práctica la he visto muchas veces: angulas el recipiente unos treinta grados y subes y bajas lentamente el brazo para que sea una mezcla homogénea.
Nos ponemos perdidos la cocina, los gatos y yo.
Los gatos se lamen (y no mueren). Buena señal.
Me pongo a buscar un cacharro para hacerlo sin salpicar. Ahora me lio con "ponle sal y pimienta y listo". Tengo que decir que "un poco de aceite" venía explicado como "más o menos cuatro cucharadas" (¿soperas?) pero "echa patatas y un manojo de espárragos" y lo de la sal y la pimienta...¡cantidades por Dios! Ni yo ni mucho menos los gatos podemos imaginar ese tipo de cosas. Creo que ese problema de no ser completamente tajantes y exactas en lo que a transmitir su sabiduría culinaria se refiere es extensible a muchas madres, que no creen que sus hijos sean tan inútiles.
Os muestro el resultado. Olía de maravilla. Saber, ni idea porque con las ansias me he quemado la lengua por completo.



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