Tercer día: Pascua. Easter. Me despierte y enciendo el portátil. ¡Mensaje de casa! Mis padres se acuerdan de mi y me cuentan que el golfo de mi hermano ya se ha ido a Londres con la novia. Bicheo algunas cosillas por internet y de repente ¡alguien desea ponerse en contacto conmigo por el Skype! ¡Ta-Chan! La doctora llama. Mañana de "¿qué tal tú?","¿y tú?", "te echo de menos", "vaya mierda estar tan lejos", "¿vas a venir?", silencio... silencios, miradas, sonrisas, en realidad no hace falta hablar...¿verdad?
Y la mañana se ha pasado teniendo que cargar más de una vez la batería del portátil,¡jeje!
A las 12:30 me dijo Michael que estuviera preparado y me he puesto mi "niqui" nuevo de Massimo Dutti porque nos habían invitado a celebrar la Pascua unos amigos suyos. De camino a la casa Michael me ha dado una sorpresa. No hemos ido por la ya famosa interestatal 17; pero esa no es la sorpresa, obviamente. Lo mejor es que hemos ido... ¡¡¡A LA CLÍNICA!!! Él ha aprovechado para saludar a su ex-mujer (con la cual no sé todavía que tipo de relación tiene, pero muy normal no es...) y felicitarla por Pascua. Tammy, que así se llama ella, es enfermera de urgencias en la Clínica Mayo (de ahora en adelante CM) y me ha dado una vueltecita por la planta baja. ¡QUÉ MARAVILLA! Puedo confirmar lo del piano que contaba Juanca: hay un piano en el hall para un afamado pianista, y ex-paciente agradecido, que se pasa a tocar en sus ratos libres. Pero sin duda lo mejor es la cafetería (así también se dice en inglés, por lo menos aquí, cosa que no sabía): espaciosa, limpia, agradable y luminosa, y más aún, puedes comer fuera al solecito bajo unas pérgolas verdes preciosas. Macarenos, ¡cómo os quedáis? ¡Ja! Ya quisieran los Vicentes, Pepes, Heladios y demás parecerse mínimamente a eso (ellos dirían lo mismo de mí y Magriñá).
La visita me ha servido para evitar mañana un excesivo embobamiento mientras me estuvieran enseñando la clínica, porque iba a parecer Paco Mtnez Soria.
Nos despedimos de Tammy (¿Tamara?) y nos dirigimos a casa de los amigos de Michael.
Una familia americana: Larry (el padre), Donna (la madre), la hija, de cuyo nombre no me he enterado, y tres perros que juntos no hacían ni medio Pepe. La primera media hora he pillado bastante poco, eso sí, la ginger ale que me han dado (ligth, of course) estaba deliciosa. Aquí por lo visto es típico reunirse para un almuerzo tardío/cena temprana el día de Pascua. No es como el Día de Acción de Gracias pero es bastante común. Hemos hablado un poco de baloncesto porque jugaban los Lakers (¿juegan todos los días?) y nos hemos sentado a la mesa. Me he quedado de piedra cuando nos hemos dado la mano todos juntos alrededor de ésta (yo el primero) y Larry ha bendecido la mesa con unas palabras especialmente dirigidas a mi y a mi estancia para aprender aquí, que aunque quisiera repetir no podría. ¡Qué cosa más bonita! La verdad es que, aunque no sabía si debía hacerlo, cuando ha acabado solo me salía decir "Thank you so much". Tengo que reconocer que me ha impresionado mucho, me ha tocado la fibra, por decirlo claro.
Por fin he comido como Dios manda (hoy no podía ser de otra manera). Unos filetacos de solomillo del tamaño de mi cara a la brasa y guarniciones varias, a saber:espinacas con cebollita y salsa, patatas al horno, cebolla fresca... pan recién hecho... una auténtica delicia. Después he vuelto a perderme en la conversación y sonreír como un tonto a la mitad de las cosas (si sonrío con todas no disimulo igual de bien). Cuando se han ido a recoger la mesa me he quedado charlando con Donna acerca de LO-ÚNICO-DE-LO-QUE-PUEDO-HABLAR: SANIDAD, EDUCACIÓN Y DIFERENCIAS ENTRE LOS 2 PAÍSES. Me voy a hacer un experto. Es increíble lo diferente que puede ser una manera de pensar como la americana, de la nuestra. El principal obstáculo de la reforma sanitaria (la excusa que ponen, porque sabemos que el trasfondo es puramente económico) es que dicen que nadie puede obligar a nadie a tener que contratar un seguro médico, que va contra la libertad descrita en su constitución; el acceso a la sanidad no lo ven como un derecho sino al contrario, les están obligando a contratar un seguro médico. Estos americanos están locos.
La verdad es que la conversación, aderezada con un pedazo de pastel de nata, bizcocho y fresas que me trajo Larry, ha sido muy enriquecedora.
Puedo hablar con esta gente mínimamente bien, pero de uno en uno. Por ahora...
PS: Mañana es el gran día, supongo que a partir de ahora tendré menos tiempo para escribir, o al menos eso espero, sorry!
Cambian maullidos por pío-píos
Hace 12 años
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